HIPERACTIVIDAD Y RED NEURONAL POR DEFECTO
¿Por qué mi hijo no para nunca?
Lo que la ciencia dice sobre la hiperactividad y la red neuronal por defecto
¿Te has preguntado por qué tu hijo parece no poder estarse quieto ni un minuto? ¿Por qué salta, habla, se distrae o se mueve sin parar incluso cuando nada lo estimula? Tal vez te han dicho que es hiperactivo… pero ¿qué significa realmente eso a nivel cerebral?
Hoy te contamos cómo funciona una red poco conocida pero clave en la regulación del comportamiento, la atención y el descanso mental: la red neuronal por defecto.
🧩 ¿Qué es la red neuronal por defecto?
La red neuronal por defecto (Default Mode Network o DMN) es un conjunto de regiones cerebrales que se activan cuando el cerebro no está concentrado en tareas externas, es decir, cuando estamos “en reposo” mental: soñando despiertos, recordando, imaginando, reflexionando o simplemente… descansando.
Es como si fuera el “modo de ahorro de energía” del cerebro. Pero no está inactiva: en ese estado el cerebro se organiza, procesa emociones, consolida recuerdos y se prepara para lo próximo.
🧒 ¿Qué tiene que ver esto con la hiperactividad?
En muchos niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), los estudios muestran que la red neuronal por defecto no se desactiva bien cuando deberían concentrarse, ni se activa correctamente cuando deberían descansar.
Esto significa que:
-
Su mente no sabe “apagarse” del todo cuando no hay estímulos.
-
Les cuesta tolerar el aburrimiento o la inactividad.
-
Tienen dificultad para pasar de una tarea activa a un estado de relajación.
-
Se sienten incómodos en momentos de “calma”, como si no supieran qué hacer con el silencio o la quietud.
Por eso, muchos niños con hiperactividad no están simplemente “nerviosos”, sino que su cerebro está buscando cómo autorregularse constantemente, a menudo mediante movimiento, estimulación externa o conversaciones rápidas.
🧠 El cerebro se está desarrollando… ¡y necesita ayuda para autorregularse!
La red neuronal por defecto madura con el tiempo, y lo hace mejor cuando el niño aprende a parar, reflexionar, respirar y simplemente “estar”. Pero para muchos chicos con hiperactividad, eso no es natural, sino un aprendizaje que hay que entrenar desde el acompañamiento emocional, no desde el castigo.
🔄 La conexión oculta entre mente, trauma y comportamiento
Cada vez más estudios en neurociencia nos invitan a replantearnos cómo entendemos ciertas conductas infantiles como la hiperactividad, la impulsividad o la dificultad para concentrarse. Muchas veces, lo que parece un “problema de atención” puede ser una respuesta profunda del sistema nervioso ante experiencias difíciles no procesadas.
Aquí entra en juego un concepto clave: la red neuronal por defecto.
⚠️ ¿Qué ocurre en niños que han padecido trauma o adversidad?
Cuando un niño crece expuesto a situaciones de abandono emocional, maltrato, inestabilidad familiar, negligencia, pobreza o estrés crónico, su sistema nervioso se adapta para sobrevivir. Y esa adaptación suele implicar:
-
Hiperactivación constante del sistema de alerta (modo lucha/huida)
-
Dificultad para entrar en estados de descanso o conexión con uno mismo
-
Tendencia a evitar momentos de silencio porque traen recuerdos o emociones dolorosas
-
Sensación interna de incomodidad o ansiedad al estar sin hacer nada
🧠 Esto altera el desarrollo y la funcionalidad de la red neuronal por defecto, dificultando su activación en reposo. Resultado: la mente del niño busca constantemente distracción externa o movimiento como estrategia inconsciente de autorregulación.
🔍 ¿Y el TDAH?
Muchos de los síntomas del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) coinciden con lo que sucede cuando la red neuronal por defecto no funciona correctamente:
-
Mente que salta de una cosa a otra
-
Incapacidad para mantener la atención interna
-
Impulsividad como forma de liberar tensión
-
Necesidad constante de movimiento o estimulación
-
Dificultad para la introspección, el autocuidado o el pensamiento reflexivo
Esto ha llevado a algunos investigadores a plantear que, en muchos casos, lo que se diagnostica como TDAH puede ser un síntoma de trauma infantil no reconocido.
“El TDAH no siempre es un trastorno genético o químico. A veces es una respuesta adaptativa de un cerebro que ha vivido demasiado estrés desde demasiado pronto.”
— Gabor Maté
🧠 Experimentos que respaldan esta visión:
-
Castellanos et al. (2008): descubrieron que los niños con TDAH tienen una activación anormal en la red por defecto, que no se desactiva correctamente cuando se requiere concentración.
-
Lanius et al. (2010): mostraron que personas con trauma presentan desregulación en esta misma red, afectando su autopercepción y equilibrio emocional.
-
Sripada et al. (2014): identificaron que experiencias adversas tempranas alteran la conectividad funcional de la DMN, especialmente en regiones relacionadas con el autocontrol y la introspección.
💡 ¿Qué podemos hacer como padres?
-
Mirar más allá del comportamiento:
Preguntarnos “¿Qué está tratando de regular este niño con su movimiento o su distracción?” -
Cultivar momentos de calma guiada:
Crear espacios seguros donde puedan practicar estar presentes, sin forzar el silencio. -
Evitar etiquetas tempranas:
Acompañar con curiosidad, no con diagnóstico automático. -
Ofrecer vínculos estables y previsibles:
La seguridad relacional es el primer paso para que el sistema nervioso pueda bajar la guardia. -
Fomentar la expresión emocional y el juego libre:
El juego y la expresión son vías naturales para integrar experiencias difíciles.“El niño que no para puede estar huyendo de un silencio que duele.”
🎯 Veamos esto desde otra perspectiva
🔺 Pensar, sentir y hacer:
El triángulo humano y el miedo a parar
Los seres humanos nos movemos constantemente entre tres vértices esenciales:
🧠 Pensamos, 💛 sentimos y 🤲 hacemos.
Este triángulo es la base de nuestro equilibrio interior. Pero en muchas ocasiones —especialmente tras experiencias difíciles o en contextos exigentes— nos refugiamos en uno de los vértices para evitar los otros.
Y casi siempre ese refugio es el hacer constante.
⚙️ Hacer para no sentir, hacer para no pensar
Cuando una persona vive con dolor emocional, ansiedad, miedo, vacío o traumas no resueltos, su sistema nervioso tiende a buscar protección. Y una de las formas más aceptadas (y celebradas) en nuestra cultura es la acción constante.
🔁 Nos ocupamos, nos llenamos de tareas, nos saturamos de estímulos… porque estar en acción evita que tengamos que detenernos a sentir o a pensar con profundidad.
Esto no es solo psicológico. Es neurobiológico.
🧠 ¿Dónde entra la red neuronal por defecto (DMN) en todo esto?
La red neuronal por defecto se activa cuando no hacemos nada:
cuando descansamos, meditamos, recordamos, soñamos despiertos o simplemente estamos presentes.
Es en ese estado cuando nuestra mente conecta con el mundo interior:
-
Recordamos cosas que no esperábamos
-
Aparecen emociones guardadas
-
Se revelan preguntas incómodas
-
Surge el “ruido interno” que tanto evitamos
🛑 Por eso, muchas personas temen activar esta red sin saberlo. Estar en silencio o sin hacer nada puede ser más amenazante que cualquier tarea exigente.
🔍 ¿Por qué este miedo a la introspección?
Porque introspección implica vulnerabilidad.
Sentarse con uno mismo puede significar enfrentarse al dolor que ha sido evitado durante años.
Por eso, el “hacer por hacer” se convierte en una especie de anestesia emocional. Mientras estoy ocupado:
-
No conecto con mis pensamientos profundos
-
No siento mi tristeza o mi rabia
-
No tengo que enfrentar lo que me dolió o lo que me falta
Y así, vivimos desde la hiperactividad emocional o funcional, pero desconectados de nosotros mismos.
🧭 ¿Cómo volver al equilibrio del triángulo?
-
Reconocer nuestra huida hacia el hacer
¿Estoy actuando desde el impulso o desde la conciencia? -
Cultivar espacios breves de no hacer
No se trata de meditar horas, sino de permitirnos pausas con intención. -
Aceptar el miedo como parte del proceso
Parar da miedo al principio, pero también es el camino hacia la sanación. -
Reactivar la red por defecto con seguridad
Crear entornos tranquilos, con presencia amorosa, donde “hacer nada” se vuelva seguro.
✨ Conclusión
El vértice del “hacer” puede ser un refugio temporal, pero no puede sostenernos para siempre.
Para vivir con plenitud necesitamos también pensarnos, sentirnos y darnos permiso para escucharnos.
La red neuronal por defecto es el puente hacia nuestra humanidad más profunda. Activarla es también un acto de valentía y autocuidado.
“A veces, dejar de hacer es el acto más valiente. Porque ahí es donde comienza el verdadero encuentro con uno mismo.”
🔍 Para profundizar, te recomendamos ver este episodio del programa REDES con Eduard Punset, donde se explora de forma accesible y fascinante cómo funciona la red neuronal por defecto
🎥 Un viaje al interior de la mente que te ayudará a entender mejor a tus hijos y a ti mismo.